Para guiar a los visitantes desde la estación de metro de Southwark a la Tate Modern, Thomas Manss & Company puso en marcha un sencillo e ingenioso plan. Cuando los pasajeros llegaban a la estación de metro, se les pedía continuar las farolas pintadas de naranja que trazaban el camino al museo de Southwark.
La infraestructura prevista estaba en su lugar y lo que podía haber sido una tarea muy difícil se resolvió con un cubo de pintura.