Veinte años después de su creación, la fundación ciudadana de Gütersloh homenajeó a sus donantes con un reconocimiento inusual: la torre de los benefactores.
Para los ciudadanos de esta localidad de Westfalia, no nos pareció adecuada la placa tradicional con los nombres de los patrocinadores cuidadosamente esculpidos en piedra, un monumento que disminuye con cada nueva inscripción.
En su lugar, piezas de madera realizadas artesanalmente con los nombres de los benefactores grabados, son apiladas formando una torre en capas de distintos tonos de madera que crece con cada nueva donación.